Dile que es hermosa.
Repíteselo mil veces.
¿Sabes por qué?
Porque después de esas mil veces, cuando tu vayas a decir:
“Eres tan hermosa”
Esa frase, con tu voz, pasará por su cabeza antes que la termines.
Y quizás, algún día, sabrá lo bonita que es.
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