No es que no sea feliz por el hecho de que la persona que amo no me haga feliz, es más complicado que todo eso, no soy feliz porque sé que a esa persona no le hago feliz, por mucho que lo intente. No podemos pretender que la persona a la que amamos también nos ame a nosotros, por eso siempre he pensado que las personas que se enamoran una de la otra y la otra de la una son las personas más afortunadas de este mundo.
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